--Pongo este tache en la cajita indicando de que después de leer el tratado, ¡PORQUE SIENDO BUENO NO ES SUFICIENTE!, Yo me arrepentí de mis pecados y he pedido de Jesucristo que me salvara. Deseo bautizarme y servirle al Señor fielmente.  Por favor ore por mí y por favor envíame un estudio bíblico para apoyarme con el crecimiento espiritual.

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La Biblia dice que sus buenas

obras no son suficientes.

 

“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8,9 Santa Biblia).  “No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo.” (Tito 3:5 Santa Biblia).

 

La Biblia dice que un día

cada quien tendría que dar cuentas a Dios.

 

“Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que á mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará á Dios. De manera que, cada uno de nosotros dará á Dios razón de sí.” (Romanos 14:11,12 Santa Biblia).

 

La Biblia dice que no hay

ninguno quien es justo.

 

“DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse, hicieron obras abominables; No hay quien haga bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Por ver si había algún entendido, Que buscara á Dios. Todos declinaron, juntamente se han corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni siquiera uno.” (Salmo14:1-3, Santa Biblia).

 

La Biblia dice que usted no es

suficientemente bueno por el

pecado que ha cometido.

 

“¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera: porque ya hemos acusado á Judíos y á Gentiles, que todos están debajo de pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.” (Romanos 3:9,10 Santa Biblia). 

 

La Biblia dice que hay una penalidad que pagar por nuestros pecados, y la

penalidad es la muerte.

 

“Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23 Santa Biblia).  “Que habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, más aún consienten á los que las hacen.” (Romanos 1:32 Santa Biblia).  “E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna.” (Mateo 25:46 Santa Biblia).

 

¿Está preparado para

enfrentar la muerte?

 

“Y no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”  (Santiago 4:14 Santa Biblia).  No deja de arrepentirse de sus pecados, recibiendo el Señor Jesucristo como su Salvador personalmente.  El Espíritu Santo está tocando la puerta de su corazón ahorita.  “He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20 Santa Biblia).  “Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre.” (Juan 1:12 Santa Biblia). 

 

Le puede permitir

entrar ahora misma.

 

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13 Santa Biblia).  “Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salud.” (Romanos 10:9, 10 Santa Biblia).

 

La decisión está en sus manos.

 

¿Inclinaría su rostro ahorita, arrepentiendose de sus pecados, recibiendo el regalo de la vida eterna por medio de la sangre preciosa del Señor Jesucristo? “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,” (Hechos 3:19 Santa Biblia).  “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12 Santa Biblia).

Ore así:  “Señor Jesús, yo creo que tú eres el Dios Todopoderoso, el Creador del cielo y la tierra y yo me arrepiento de mi pecado, volteando a tí ahora mismo.  Yo creo que moriste en la cruz por mí, y derramaste tu sangre preciosa para pagar mi deuda de pecado y creo que resucitaste de la tumba al tercer día.  Yo te pido que me salves y que uses mi vida ahora para tu gloria.  Estoy confiando solamente en tí para llevarme al cielo.  En el nombre del Señor Jesucristo, Amén.”

Ahorita yo pedí de Cristo que me salvara y yo deseo obedecerle con mi vida.

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